Un grupo de científicos ha encontrado la manera de
inocular el medicamento con ayuda de un láser sin causar dolor al enfermo. El
pánico de los pacientes a las inyecciones podría ser historia dentro de poco.
Un equipo de
investigadores de la Universidad Nacional de Seúl, Corea del Sur, podría
revolucionar la forma en que se ponen las vacunas u otros tratamientos que
conllevan la perforación de la piel con una aguja. No en vano, han creado un
sistema que utiliza láser infrarrojo para inocular "la cantidad justa” de
medicina a unos 30 metros por segundo.
La sección del
chorro es ligeramente mayor que la un pelo humano y, de acuerdo con el estudio,
puede penetrar la piel hasta una profundidad de unos pocos milímetros, sin
dañar el tejido.
Jack Yoh, profesor
de ingeniería mecánica y aeroespacial, dice que han combinado un pequeño
adaptador que contiene el fármaco en forma líquida con un láser que genera una
burbuja de vapor de alta presión, que actúa como un "director" de
fluido, de tal forma que el mecanismo libera el medicamento a través de una
boquilla pequeña.
Aunque otros
investigadores han desarrollado inyectores similares, estos se accionan
mecánicamente, usando dispositivos de tipo pistón para forzar los fármacos
dentro de la piel, lo que permiten ejercer menos control sobre la fuerza del
chorro y la dosis del fármaco.
“El microchorro
inyector impulsado por el láser puede controlar con precisión la dosis y la
profundidad de penetración del fármaco por debajo de la piel. Yo creo que el
control a través de la potencia del láser es el mayor avance sobre otros dispositivos”
explica el profesor.
En la actualidad
están trabajando con una compañía para producir a bajo coste inyectores intercambiables
para uso clínico.
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